En su último discurso como jefe de Estado, al instalar la legislatura 2022-2026 del Congreso de la República, el presidente Iván Duque hizo un balance de su gestión, agradeció la labor de senadores y representantes a la Cámara y le deseó éxitos a quien lo sucederá en el poder, Gustavo Petro, anunciando su disposición, una vez salga de la Casa de Nariño, para ayudar a construir y edificar soluciones para el país. Sus palabras, más allá de los cuestionamientos que desde diferentes sectores le hicieron y la baja aprobación de su gestión, recorrieron uno a uno los que fueron los principales retos enfrentados durante estos cuatro años, entre otros, la pandemia, el huracán que azotó a San Andrés y Providencia, el estallido social, las dificultades económicas y sociales en el contexto del escenario mundial y la crisis migratoria por la llegada de cientos de venezolanos al territorio nacional. “Propusimos transformar positivamente a Colombia y prepararla para los retos del futuro, sobre las bases de la legalidad, el emprendimiento y la equidad. Hemos cumplido”, dijo.
Y agregó: “Gobernamos ante todos estos desafíos con fe y coraje. Nada nos detuvo en el camino de transformar el país. Hoy Colombia ha puesto primero a la equidad, logra hitos históricos en el gasto social, avanza en educación, incluyendo la universidad pública gratuita, y tiene la mayor cobertura de salud en su historia. Hoy nuestro país consolida políticas para derrotar el hambre y la desnutrición, crece en generación de energías renovables, es ejemplo de política migratoria, lidera la acción climática en la región, avanza en su infraestructura y crea oportunidades con la paz con legalidad”. Precisamente, el tema de la paz generó rechiflas en el recinto, donde algunos congresistas llegaron a gritarle “mentiroso” a Duque y haciéndole detener por momentos su disertación. Y es que para el presidente su gobierno ha creído en una paz genuina y ha puesto a las víctimas de la violencia como eje central. Por ello, habló de la prolongación de la Ley de Víctimas por 10 años más, la conclusión de 1.400 obras PDET y el aumento del presupuesto a $ 48 billones para la paz.
Según Duque, su compromiso con la paz fue indeclinable y se avanzó en los territorios, algo que han reconocido la ONU y la Unión Europea. “Ese mismo compromiso, honrando los principios de verdad, justicia, reparación y no repetición, nos permite decir que hemos brindado todo el apoyo necesario a la Jurisdicción Especial para la Paz y a la Comisión de la Verdad. Lo hemos hecho desde el respaldo institucional y financiero para que sobre la base de sus hallazgos todas las víctimas sean incluidas y se instale en la sociedad un debate nacional que nos permita alcanzar una verdad sin sesgos, reafirmando que la violencia nunca ha sido ni será una alternativa de vida en Colombia. Y, óigase bien, que no existe causa objetiva alguna que justifique un crimen, mucho menos apelando a falsas teorías que adecuan de manera amañada la palabra revolución. Por el contrario, son la legalidad, el emprendimiento y la equidad el camino para construir nuestro país”, enfatizó el jefe de Estado.
El saliente presidente se refirió igualmente a los jóvenes, hablando de los diversos programas sociales implementados a su favor, como la estrategia Sacúdete o el subsidio al empleo joven. A la inversión social para entregarles un “techo digno” a millones de hogares. A la asignación de 194 mil subsidios VIS para hacer de Colombia un país de propietarios. Y de las mujeres como protagonistas de su administración, en cuya cabeza estuvo la vicepresidente Marta Lucía Ramírez, como lideresa de la equidad de género. “Visibilizar y promover la extraordinaria capacidad de las mujeres colombianas no es una cuestión de partidos ni de ideologías, es cuestión de equidad”, manifestó. También destacó la creación del Ministerio del Deporte, que ha servido para hacer del país una “tierra de atletas”. Con un mensaje adicional: que este ha sido un ministerio “para los deportistas, no para los contratistas”.
En su balance, entre otros temas, habló de la lucha contra el covid-19, agradeciéndole al sector salud su labor y sacrificio. Señaló que su gobierno sacó a más de un 1,4 millones de colombianos de la pobreza monetaria en el último año y logró el menor registro en los últimos 16 años en el índice de pobreza multidimensional. “Es con hechos, con solidaridad en el corazón y equidad en la mente. Somos el gobierno que más inversión les ha asignado a programas sociales desde su existencia”. Destacó el apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas, el beneficio para los trabajadores con el más alto incremento del salario mínimo de los últimos 50 años, el respaldo al agro, el empeño en su consigna de “concluir, concluir, concluir”, que permitió terminar varias de las más ambiciosas obras de infraestructura, el proceso de transición energética iniciado y, por supuesto, la economía naranja. Tampoco se quedó por fuera el agradecimiento a la Fuerza Pública como “sostén de nuestra democracia” y los golpes propinados a la delincuencia y a los grupos armados ilegales.
Sin embargo, al hacer referencia a los asesinatos de líderes sociales, el ambiente en el Congreso volvió a caldearse. “Han sido el narcotráfico, los cultivos de coca, la corrupción y los grupos armados ilegales los verdaderos enemigos y los culpables de los asesinatos de nuestros líderes sociales. Es una realidad que nos llena de dolor. Como gobierno actuamos ante ella, brindando a más del 88 % de los líderes de nuestras comunidades garantías para su protección, por medio del Plan de Acción Oportuna”, manifestó el primer mandatario, generando el rechazo de un Congreso que, como se sabe, tendrá una amplia bancada de los sectores alternativos y progresistas, que siempre han cuestionado con dureza esa labor en cuanto a la protección de dichos líderes sociales y defensores de derechos humanos. Las rechiflas y consignas de rechazo a sus palabras retumbaron en el Capitolio y el presidente siguió hablando: “Esta es la última vez que me dirijo en calidad de presidente de la República ante este Congreso. Agradezco a los partidos de gobierno e independientes por su trabajo legislativo y a los partidos de oposición quiero decirles que no reconozco ni reconoceré enemigos políticos”. Para cerrar así: “Es con hechos, con decencia, con patriotismo y con lealtad a la República como he gobernado a Colombia”. La historia juzgará su gestión.

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