La fórmula de Gustavo Petro y Francia Márquez superó el 50% de las votaciones en la segunda vuelta presidencial, de acuerdo a los resultados de la Registraduría. El programa del Pacto Histórico encabezado por Petro —quien se define como de izquierda “progresista” en un país altamente tradicional y de derecha— plantea la necesidad de reformas profundas en áreas tan diversas como el modelo económico y el funcionamiento de las Fuerzas Armadas. Aquí, un repaso a sus propuestas principales.
El programa de Petro y Márquez propone un cambio radical en el modelo económico que impulse la producción agropecuaria.
Un clave en este marco es la puesta en marcha de una reforma agraria que ataque la desigualdad en la propiedad y el uso de la tierra, garantizando el derecho a la tierra de las familias rurales (con las mujeres como prioridad) y la formalización de la propiedad, entre otras medidas.
Su objetivo es desincentivar los latifundios.
Petro ha insistido en declaraciones previas, tal como puede verse en este video, que no van a expropiar sino democratizar. “Jamás he pronunciado la palabra expropiación”, dijo durante un caluroso debate con ‘Fico’ Gutiérrez, uno de sus contrincantes en primera vuelta. En abril, Petro y Márquez firmaron en una notaría un documento en el que se comprometieron a no expropiar.
El programa propone renegociar los tratados de libre comercio.
El programa detalla en las medidas para proteger los ecosistemas y los recursos naturales, con una mención ampliada al agua, un recurso que, según dicen, debería ser el eje para el ordenamiento del territorio.
En este contexto, cabe recordar que Colombia es, como informa el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, uno de los países más megadiversos del mundo: ocupa el segundo lugar en cuanto a biodiversidad.
De la mano de estas propuestas viene la de hacer una transición energética de la matriz dependiente del petróleo y el carbón a las energías renovables.
Petro y Márquez quieren poner fin al extractivismo, y afirman que prohibirán la exploración y explotación de yacimientos no convencionales, detendrán los proyectos piloto de fracking y el desarrollo de yacimientos costa afuera, no darán nuevas licencias para la exploración de hidrocarburos ni permitirán la gran minería a cielo abierto.
(Márquez ganó en 2018 el Premio Goldman, algo así como un ‘Premio Nobel del Medio Ambiente’).
Francia Márquez (Crédito: JOAQUIN SARMIENTO/AFP via Getty Images)
A nivel internacional, proponen impulsar un “frente americano de lucha contra el cambio climático, que incluye rescatar la selva amazónica”.
Plantean aumentar la participación política de las mujeres: que ocupen “el 50% de todos los cargos públicos en todos los niveles y las ramas del poder” y que exista un Ministerio de la Igualdad encargado de articular las políticas vinculadas al género.
Otro pilar fundamental, en el que la fórmula coincide con otros candidatos, es la creación de un Sistema Nacional de Cuidados que busca reconocer y reducir la carga de las tareas de cuidado en las mujeres. El tiempo dedicado al cuidado será reconocido como trabajo y recompensado.
En términos de aumentar el poder económico, el programa plantea que las mujeres tengan acceso prioritario a la educación superior pública, el crédito y la distribución y formalización de la propiedad de la tierra. Petro también propone que se garantice un ingreso mínimo básico por encima de la línea de pobreza “para proteger y empoderar a las mujeres cabeza de familia”.
La batería de medidas también apunta a la lucha contra la violencia, planteando la creación de un “sistema nacional de alertas tempranas” para combatir los feminicidios, y se propone acatar la decisión de la Corte Constitucional de despenalizar el aborto.
El programa de Gobierno también postula políticas específicas para otras minorías que históricamente han sido vulneradas: afrodescendientes, indígenas, negros, raizales, palenqueros y rrom.
También tiene un capítulo dedicado a la comunidad LGBTIQ.
El programa de Petro y Márquez propone avanzar hacia la “desmilitarización de la vida social”, afirmando la prevalencia de las autoridades civiles sobre las militares.
En el marco de la reforma propuesta para las Fuerzas Armadas, el servicio militar dejaría de ser obligatorio y se respetaría la objeción de conciencia.
Además se propone que todos los integrantes de las Fuerzas Armadas accedan a la educación superior y a más formación en áreas como los derechos humanos, así como ajustes en los mecanismos para avanzar en la carrera, los sistemas salariales y de pensiones.
El Pacto Histórico afirma que va a impulsar que se eliminen los fueron penales militares y propone que se fortalezcan los procesos de investigación en la justicia militar.
Los cambios también comprenderán a la Policía Nacional, que según el programa de la fórmula tendría que pasar de la órbita del Ministerio de Defensa al del Interior o de Justicia. El objetivo, dicen, es recuperar su “carácter civil”.
Una de las propuestas clave es el desmonte del Esmad, el polémico Escuadrón Móvil Antidisturbios, que recientemente ha quedado bajo la mira por sus actuaciones que, para muchos, son violentas y abusivas.
El programa de Petro, en este punto, hace especial hincapié en brindar las garantías para “para el ejercicio de los derechos a la libertad de expresión, a la movilización y la protesta social”.
El capítulo sobre seguridad también destaca la necesidad de defender a los líderes sociales (solo en 2021, según la Defensoría del Pueblo, fueron asesinados 145 líderes sociales y defensores de derechos humanos).
En su justificación de la reforma de las Fuerzas Armadas, Petro sostiene que el fin del conflicto armado hace que sea necesario un ajuste de los roles.
Al respecto del Acuerdo de Paz con las FARC, Petro dijo recientemente que desde el primer día de su gobierno, si ganaba, “se reconocerán los protocolos que el Gobierno (de Juan Manuel) Santos firmó con los Estados garantes de la Paz” y que iniciarán “el proceso de paz integral con todos los actores de la violencia”.
El programa de Pacto Histórico propone la creación de “las condiciones para avanzar en un diálogo y negociación eficaz con el ELN” que “recoja las lecciones aprendidas del Acuerdo Final de Paz con las FARC”.
Para el Pacto Histórico, el sistema impositivo actual tiene un “claro sesgo a favor de las personas excesivamente ricas”.
Petro propone una reforma tributaria que, entre otros aspectos, se enfoque en los dividendos: será obligatorio declararlos y siempre tendrán que pagar impuestos.
En declaraciones durante la campaña, Petro explicó a quién estaría orientada la mayor carga impositiva: “Sobre las 4.000 más grandes fortunas de Colombia”, dijo, y agregó que, dentro de ese conjunto, no apuntarán hacia las empresas productivas sino los activos improductivos, mencionando los dividendos y las transferencias al extranjero.
El Pacto Histórico también propone que nadie que reciba recursos del Estado pueda tener cuentas en los países denominados como “paraísos fiscales”.
El objetivo es que el espacio fiscal del país aumente unos 5,5 puntos del PIB anuales a través del aumento de la recaudación, pero también mediante la desarticulación de beneficios tributarios que según Petro no son justos y las políticas contra la evasión.