Videos captados con dron muestran parte del intenso trabajo en esta zona del país tras el derrumbe en Rosas, Cauca. Se espera que la obra esté lista en unas cuatro semanas.
Videos captados con dron muestran parte del intenso trabajo y decenas de personas en esa zona. Se trata básicamente de tareas de ingeniería en antiguas trochas que ante la emergencia son habilitadas con maquinaria pesada para permitir el paso de vehículos de carga mediana.
Se espera que la obra sea entregada en las próximas cuatro semanas.
“Se tienen previstas varias obras. La primera, unas vías alterna sobre la cual hay una cantidad de en las cuales hay gran cantidad de maquinaria, el 20 de febrero estaría habilitada para vehículos de carga y en un espacio entre tres y cuatro meses quedaría habilitada la variante 2.1 kilómetros”, indicó Guillermo Reyes, ministro de Transporte.
Hace unas horas se habilitó el paso por la vía La Depresión-La Sierra- Rosas para vehículos de menos de tres toneladas.
La vía Panamericana, la principal del suroeste del país, está bloqueada desde el 9 de enero por un enorme derrumbe que tiene aislado al departamento de Nariño y parte del Cauca.
El cierre de la Panamericana ocasionó el desabastecimiento de la zona, llevando a las autoridades a evaluar declarar emergencia económica, ecológica y ambiental en los departamentos afectados.
Para sortear el tramo destruido los conductores tienen que tomar vías alternas, como el llamado ‘Trampolín de la muerte’, en el departamento del Putumayo, una carretera que, además de ser peligrosa por los abismos y su mal estado, no es apta para vehículos pesados, lo que aumenta el tiempo de viaje en por lo menos 10 horas.
La dificultad de llevar gasolina a la región provocó un incremento de precios en los combustibles, por lo que el Gobierno decidió “poner fin a esa especulación”. “Hay unos precios que nos parecen los normales: límite de 8.916 pesos (1,91 dólares) por galón de gasolina y de 8.396 pesos (1,80 dólares) por diésel”, indicó el presidente Petro.
El Gobierno también se comprometió a comprar cosechas de productores de Nariño para repartirlas entre la población de escasos recursos de ese mismo departamento y de otras zonas de Colombia con altos índices de hambre.