Sergio Fajardo Valderrama nació hace 65 años en Medellín, Antioquia. Es matemático de la Universidad de los Andes y Magíster y Doctor en Matemáticas de la Universidad de Wisconsin. También tiene estudios en universidades de España y Argentina. Como docente, ha trabajado en los Andes y en la Universidad Nacional.
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Dentro de su trayectoria política, Fajardo fue alcalde de Medellín en el periodo comprendido entre 2004 y 2007 y gobernador de Antioquia entre 2012 y 2015. También ha tenido recorrido en medios de comunicación siendo subdirector del diario El Colombiano y columnista de otros periódicos como El Espectador.
Respecto a su vida familiar, Sergio tiene 2 hijos y actualmente es pareja de María Ángela Holguín, excanciller de Colombia en los periodos de Juan Manuel Santos como Presidente. Ella también fue embajadora en Venezuela entre 2004 y 2006.
Sergio Fajardo ha estado en la carrera presidencial en tres oportunidades. En 2010 inició como candidato presidencial, pero terminó siendo la fórmula vicepresidencial de Antanas Mockus. Pasaron a segunda vuelta perdiendo con Juan Manuel Santos.
Después de su paso por la Gobernación de Antioquia, Fajardo volvió a pensar en la Presidencia de Colombia y se lanzó para el periodo 2018-2022. Tuvo una gran primera vuelta con casi 4.5 millones de votos, pero Iván Duque y Gustavo Petro fueron los que avanzaron a la segunda ronda.
Cuatro años después está de vuelta y es el candidato del Centro Esperanza tras ganar en la consulta interna en el mes de marzo a políticos como Juan Manuel Galán, Carlos Amaya, Alejandro Gaviria y Jorge Robledo. Obtuvo más de 700.000 votos.
La educación pasará de ser una fábrica de reproducción de las desigualdades a una fábrica de creación de oportunidades y para lograrlo, empezaremos por cerrar las brechas que se crean desde la más temprana edad, llevando la cobertura en primera infancia a todos los niños y niñas de 3 a 5 años. En educación básica y media, priorizaremos los colegios con mayores dificultades, entre otras, mejorando la infraestructura de 10.000 establecimientos. El aumento de la calidad de la educación pública pasará, también, por mejorar las condiciones de trabajo y la formación de los docentes.
En la educación superior, el énfasis estará en fortalecer la educación pública, con medidas para reducir las barreras de acceso, a través de la financiación y de mentorías para los estudiantes más vulnerables y del aumento de la cobertura con más sedes, más profesores.
Partiremos de entender que la corrupción no es solo un asunto administrativo y de meter gente en la cárcel, es también un asunto de derechos, es un crimen que deja víctimas con nombres propios a las que unos ladrones les impiden satisfacer sus derechos. En mi gobierno daremos prioridad a reconocer a las víctimas, a nombrarlas, a buscar reparar el daño colectivo que se les causa. Pondremos en marcha todos los mecanismos para prevenir la corrupción y denunciar a los corruptos, pero también buscaremos recuperar los activos robados y fortalecer los procesos de judicialización, desde la perspectiva de las víctimas.
Pasaremos de políticas y estrategias anticorrupción generales a planes y programas por sectores y definidos en contextos territoriales. El exceso de unificación y centralización en el combate a la corrupción ha llevado a que las medidas no se compadezcan con los riesgos de corrupción en lo cotidiano. En mi gobierno la prevención y lucha contra la corrupción estará enfocada en la problemática de cada sector, con metas territoriales y mecanismos de seguimiento desde las organizaciones sociales que la sufren.
Recibir 9 millones de visitantes no residentes.
Generar $9.000 millones de USD en divisas.
Generar 100.000 empleos directos adicionales.
Desarrollar 20.000 unidades turísticas sostenibles.
En las ciudades, abordaremos tres frentes: la seguridad, la justicia y la convivencia ciudadana. Estas medidas incluyen el aumento del pie de fuerza y la transformación de los CAI en Centros de Atención Integral a la Ciudadanía, un plan de descongestión judicial para los delitos que más afectan a los ciudadanos, tales como el hurto, violencia basada en género y homicidios y un programa nacional de cultura ciudadana para la convivencia. Además, nos enfocaremos en construir oportunidades con habilidades para la vida, deporte, cultura y recreación, crearemos entornos protectores para los jóvenes más vulnerables.
En el territorio, nuestra propuesta se divide en tres grandes frentes: el control territorial, el control institucional y el desarrollo integral del territorio.
Finalmente, vamos a reformar nuestras instituciones policiales y militares.
Crearemos el Ministerio de Seguridad y Convivencia Ciudadana para dar un carácter civil a la policía. La fuerza pública tendrá como eje de su cultura institucional el respeto, la promoción y la garantía de los derechos humanos. También profesionalizaremos la carrera policial y militar, mejorando sus condiciones laborales (en particular, de salud física y mental), promoviendo la incorporación y el ascenso de las mujeres.